Sostener la Utopía
Distingo apenas mi mano en la penumbra
Entre las vueltas, mi infancia se alumbra
Se funden los dedos del niño y del adulto
Ojos en sombra, lágrimas que oculto
De piezas de memoria se arma el sueño
Ese miasma del cual el corazón es dueño
Entro y salgo agitado por miedo al vacío
Creo que dentro del puzzle
Se esconde algo sincero
Algo tuyo
Algo mío
Y entre fragmentos de tiempos esquivos
Percibo vivos a los desaparecidos
Símbolos calientes de vacuidad creciente
Desorden de los impulsos del deseo
Refugios permanentes se desvanecen
Florece la angustia y el ansia infame
Infante sensación de desasosiego
Ambos mundos parecen incompatibles
La consciencia, la razón sin paciencia
Barrera que barre la amarrada fantasía
La visión se acostumbra a las sombras
La misión de la arruga en mis manos me asombra
El infinito parece un lugarcito apacible
Invisible para quien niega toda utopía
La mayor dicha no la consume la muerte
Sino cada segundo de sentimiento inerte
La palabra dicha por un alma arpía
Que cada mañana teme por su fama
Ante el progreso y el orden me confieso
No rezo por ellos ni por ellos en mí
Rezo por la sonrisa del niño que ama
Aquella inocencia que alguna vez fuí
Rezo en silencio y a todo pulmón
Rezo inconsciente y sin religión
Por todos aquellos que sienten presión
Prisión de primates en revolución
Rezo con los primeros rayos del alba
Rezo por los ojos de quien siempre me salva
Plegaria ahogada por ruidos de motor
La esperanza siembra una palpitación
Siento una pulsión del momento
De reescribir este cuento
A un ritmo un poco más lento
Así todos podemos actuar
Miento si digo que no da miedo
El poder sobre el que ruedo
Pero un horizonte de tantas manos
Me alienta siempre a avanzar