Rule #1
Rule #1: Lleva tu cámara siempre contigo
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Como cualquier impulso irracional, la lomografía ni se planea ni se predice. Es como si te dejaras llevar por tu voz interior y tus deseos más ocultos. La lomografía te asalta a cada momento y te susurra: "Ahí hay belleza, ¿probamos?"
Imagina que estás en el garaje, en un bosque, en un Airbus, en un hamman, en el trabajo, en la cima del Fujiyama o tomando el desayuno en la cama. De pronto, el dedo con el que disparas empieza a temblar, tus ojos están hambrientos, tu alma se consume en deseos de obtener imágenes. Te haces con la LOMO LC-A, disparas, aahhh, disparas, esta ha salido mejor, sigues disparando... Entonces ocurre, el deseo irrefrenable de captar todo a tu alrededor te nubla los sentidos y ya no te deja escapar. Pero tú no quieres escapar, porque ya estás dentro, ya sientes la Lomografía y la vida empieza a palpitar. Es la mejor adicción del mundo.
¿Sabías que las mejores fotos surgen de situaciones impulsivas y espontáneas, y que muchas quedan sin captar porque, simplemente, nadie tiene una cámara encima? La LOMO LC-A es tan rápida y compacta que pasa a convertirse en parte de ti. Llega a niveles fotográficos que otras cámaras ni siquiera pueden rozar: los momentos repentinos, imprevisibles, espontáneos; esos pequeños e intensos bocados de realidad. Abre bien los ojos y ve con tu LOMO LC-A a todas partes.